sábado, 2 de junio de 2018

Depresión, by me.

Depression.

Buenos días mundo.

Hoy muy a mi pesar de mis esfuerzos, y parte del día de ayer, he estado deprimido, sin razón aparente alguna; menciono aparente porque debido a mis circunstancias y mi “reality check”, tengo bastantes y buenas razones para estarlo, principalmente una de ellas, mi situación, las decisiones que me han llevado a estar así, y (claro, evidentemente) sus consecuencias.

He tratado de lidiar con ellas de la mejor manera posible, algunas veces viendo el lado positivo, algunas de ellas intentando ver la luz al final del túnel y algunas otras veces tratando de sacar lo mejor de ellas, en forma de planes para el futuro y por qué no, esperanza.

Sin embargo, la depresión es un monstruo mutable y peligroso, que algunas veces ronda en la oscuridad al acecho y algunas otras ataca de frente con todo lo que tiene.

Las raíces de la depresión clínica son desconocidas para mí, ya que a sabiendas de eso no me he dado verdadero tiempo de calidad para informarme, diagnosticarme y tratarlo, y las razones de eso son variadas, entre ellas las más importantes son la falta de tiempo, la falta de dinero y la necesidad de mantener mi mente limpia y cuerda de las sugestiones que la mente nos juega, ya que incluido en mi gran repertorio de características está incluida la sugestión; soy muy sugestionable e influenciable, así que dentro de esas razones puede incluirse también la negación hasta cierto grado.

Mi manera de abordar la depresión deja mucho que desear, algunas personas dirían, pero me veo atraído hacia un factor en especial, que es el refuerzo positivo; si obtengo un resultado positivo, aunque sea mínimo, al ser este un factor variable y diferente, me alegra, y comienzo por ahí. Dicen que un largo camino comienza con un simple paso, y aunque estos caminos pueden ser sinuosos, estrechos y cortos, con el final del camino a la vista, me alegra saber que, aunque sea, ya me he movido, por lo menos, poco. La constancia forma el hábito (más de esto adelante).

Razones para estar deprimido me sobran, como razones para no estarlo, digo, no soy completamente estúpido, nadie puede serlo. Tengo razones de peso para no estarlo, razones de verdadero peso y razón, razón fuerte, para no estarlo. Motivación incluso. Lo malo viene, y el monstruo acecha, respirando sobre tu hombro y susurrando tonterías, diciéndote y convenciéndote que esa también es una razón para deprimirse, y aquí, en este punto, donde una motivación para no deprimirse se convierte en una excusa, es donde todo se va al carajo.

No es fácil, la gente que no tiene depresión cree que lo es, y que uno simplemente puede “dejar de estarlo”, y es aquí a donde quería, de cierto modo, llegar y explicar algo.

La depresión es una condición; más propiamente explicado, es una condición neurológica. Un acondicionamiento obedece a una regla, un acuerdo, una serie de cosas que conforman situaciones, acciones, decisiones, y sus consecuencias, y neurológicamente hablando, el cerebro funciona a base de condiciones, me das esto y te doy esto, y el cerebro funciona así, a impulsos y resultados, un neurotransmisor aporta, recibe, transporta, de acuerdo a ciertos patrones establecidos, por lo tanto podemos deducir que la represión obedece, en el estricto sentido de la palabra, a una COSTUMBRE, y no me refiero vulgarmente a que uno esté “acostumbrado” a la represión, a estarlo, a buscarla, pero en cierto modo sí. El cerebro crea rutas y caminos, y la forma en la que esta red está conformada hace que las emociones giren y tornen su camino de modos que ya conoce, y algunas pastillas o sustancias externas que ayudan a "quitar" la depresión hacen eso, re enrutar los caminos neuronales, crear nuevos caminos, para que esto deje de existir y genere problemas.

No quiero hacer bolas al lector (si los hay), ni intento explicarla ni diagnosticar ni nada, es únicamente a razón de que quiero sacar esta conclusión de mi sistema, que quiero sacarlo, en base a mi experiencia y mi entendimiento.

El círculo de autodestrucción forma parte de esto, está por ahí en alguna vuelta, y dependiendo de lo que se decida, claro, subes y sales o bajas y le das otra, y otra, y otra vuelta, hasta llegar al fondo. 

Pero esa es otra historia.

Una vez hecho esto, vaciado el disco duro de mi cabeza y mis emociones, que paso al siguiente paso, a salir de mi cama, a salir de mi rutina, a enfrentar (o intentarlo) la razón de mi depresión y mi ansiedad (sí, también viene en el paquete).


Buen día mundo, nos vemos en la próxima.

D.